No es la primera vez que evaluamos la importancia de la comunicación interna en este blog. Tampoco es la primera vez que destacamos la importancia que tiene su implementación dentro de las organizaciones. Pero como todas las grandes áreas de estudio, la comunicación interna es un gran árbol con multitud de ramificaciones. Hoy nos centraremos en un enfoque muy concreto: la comunicación interna como vía de desarrollo profesional.
Silvia Albert ya adelantaba en 2013 que la nueva comunicación interna requería un cambio de paradigma de lo que se venía viendo hasta ahora. Una apuesta por la filosofía de empresa más abierta, transparente y flexible ofrece en el corto plazo un mayor enriquecimiento individual de cada profesional, lo que se traduce en el crecimiento global. No dejo de pensar en este hecho cuando en la agencia recibimos a un nuevo profesional en el equipo y destinamos parte de nuestro tiempo en guiarles, introducirles en nuestros procedimientos, nuestras preferencias, nuestra apuesta por las buenas prácticas en comunicación y al fin al cabo, nuestra marca y cultura. No olvidemos que la experiencia profesional es adquirida y no innata, y eso nos hace despertar nuestras ganas de aprendizaje y crecimiento. No queremos imitar a nadie, pero sí aprender para ser algún día el que enseñe. Por eso cuando fluye favorablemente la comunicación interna en una compañía se habla de síntoma de pertenencia, como apuntaba mi compañero Carlos Balaguer.
Lo que me parece más interesante en este punto es cómo la ejecución de la comunicación interna comienza a crear un vínculo entre los miembros del equipo. Y es aquí cuando se ponen de manifiesto la transparencia y honestidad, máximos componentes en esta área. Todos ganan, el nuevo profesional aprende la experiencia del antiguo y la empresa consigue perpetuar su marca a través de estos engranajes internos. Las buenas prácticas se heredan y la potencia de la empresa aumenta.
La comunicación interna dentro de las instituciones tiene así un papel didáctico. Es más que compartir conocimiento. Es crecer en grupo intercalando las habilidades individuales de cada integrante. Por eso creemos que no debe coordinarse en exclusiva dentro del departamento de recursos humanos, es un deber de todos, una regla común.
Según Eduardo Ríos, experto en dirección empresarial enfocada a la rentabilidad de las organizaciones y director de Gestión Global de Silvia Albert in company, “los beneficios de la comunicación interna en este sentido son claros, logran que la cultura de la compañía sea homogénea, conocida y vivida por cada uno de los profesionales que la integran”.
La inducción es una de las principales estrategias de las empresas para fomentar la permanencia de los nuevos trabajadores. La relación de confianza se trabaja desde el primer día, un paso muy simple para fomentar el compromiso y asegurarnos una buena proyección de futuro.