Preparando ya la nueva edición de Perspectivas wellcomm de la comunicación 2016, que este año buceará en la percepción de la comunicación por parte de la organización en su totalidad y no únicamente de la de los profesionales de nuestro sector, afrontamos un año lleno de incógnitas y, para mí, tres grandes retos.
1.- Puesta en valor
Quizás sea el año de dar el golpe en la mesa y decir hasta aquí. Muchas organizaciones ya se han dado cuenta de que la comunicación no es un cromo de intercambio. Más aún, si de algo se está hablando en estos días es de la comunicación, tanto verbal como no verbal, de nuestros políticos y de cómo fluyen los asesores –buenos y malos- como moscas en bizcocho sin que nadie sepa muy bien qué hacen. Los profesionales tenemos la obligación de no poner en entredicho nuestro trabajo y valorarlo en la justa medida. Los primeros, nosotros. La desidia con la que algunos dircoms tratan a las agencias de comunicación y éstas, a los freelance no hace sino poner de manifiesto lo poco que nos respetamos entre nosotros mismos y, lo que es peor, lo poco que valoramos nuestro propio trabajo.
2.- El asociacionismo
Con la más que posible retirada de las subvenciones para el seguro médico de los periodistas, la Asociación de la Prensa de Madrid va a ver mermadas sus filas porque en ella los profesionales poco más encuentran que un seguro médico barato. La entrada de Victoria Prego como presidenta debe significar un cambio rotundo enfocado a la creación de un Colegio Profesional digno del siglo en el que vivimos y alejado del paternalismo casposo de misas, coro y toros para ser algo más, mucho más. Tareas tan urgentes como la actualización del Código deontológico que se viola de forma sistemática o la denuncia en firme de acciones de extorsión por todos conocidas.
Lo mismo ocurre con las asociaciones de profesionales de la comunicación o de la información, – Dircom, ADECEC, APIE, ANIS… obsesionadas con el número de afiliados y poco preparadas para hacer autoexamen, penalizar malas praxis o trabajar por el bien común de una información transparente, veraz y actual.
3.- La formación
No se puede seguir insistiendo en una formación para una comunicación que ya no existe. Nuestras universidades, nuestros profesores y nuestros alumnos deben dar pasos a delante en la urgente tarea de revisar planes de estudios y metodologías para innovar en la misma medida en la que el mundo está cambiando. Hay mucho miedo en dar el primer paso pero aquel que lo dé será definitivamente el que vaya abriendo el camino que los futuros profesionales deben recorrer.
Como digo, un año muy interesante…
Foto: El País
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